La música del alma

.. y ahí se quedó... aquella rosa color carmesí atravesando cada octava de mi ser...
sin sonido, sin movimiento, casi muerta; aún tibia... su color es reflejado en las teclas que me inspiran y hacen explotar mi corta sinfonía... su aire majestuoso acallaba todo sonido que alguna vez resonó en mi mente, cambiando la partitura de mi alma en cada pentagrama que pisaba mi mirada...
mi mirada... consumaba su belleza nota a nota, nota a nota, su belleza se consumía en mis ojos...
y mi boca como si fuera un desierto en éxtasis... se acercaba... dejando en el olvido la distancia recorrida, dejando en el pasado lo que es olvidado... dejando... simplemente alejándome de lo que no quiero recordar...
y mi boca sedienta de tí, inspira dulce amargura plasmada de placer al entonar aquella canción que tanto te hizo feliz... cuando entre partituras y rosas tu alma pude leer como Beethoven... y pude crear una nueva obra, cual músico principiante... en tu alma... magna obra...
Oh! amor... qué infeliz me haces con esta rosa en pleno atardecer...
Oh! amor si supieras que mis notas fenecen apenas nacen en mi corazón... y su sonido no alcanza tu amor.... amor de nota... silencio de blanca... me tienes cantando este silencio que me eleva al cielo a cantar en la morada de los ángeles teniendo a los demonios de espectadores...
alabad al cielo, a la luna y las estrellas, y a toda su descendencia, pues hoy...
ha nacido la sinfonía en las notas de la rosa de sarón...
leyendo esta mísera partitura, leyendo... esta mísera, y última partitura...